Las Caminatas Urbanas de la Bienal de Arquitectura de Santa Cruz (BASC) representan una de las iniciativas más dinámicas y participativas del evento. Concebidas como experiencias sensoriales y reflexivas, estas rutas buscan activar el espacio público, revelando las múltiples capas que conforman la identidad cruceña. A través de recorridos cuidadosamente diseñados, no solo se exhiben obras arquitectónicas emblemáticas, sino que se invita a los participantes a dialogar con la ciudad, a descifrar sus narrativas ocultas y a redescubrir desde perspectivas inéditas. Es un ejercicio colectivo de observación, aprendizaje y apropiación del entorno urbano, donde cada paso cuenta una historia y cada ruta devela un fragmento de nuestra memoria compartida organizado por Rutas & Rastros y su equipo liderado por el Arq. Maria Jose Campos entre sus cofundadores.
Uno de los recorridos más representativos, "Entre Hitos y Tajibos", nos guía a través de la arquitectura que ha definido el paisaje moderno de Santa Cruz. Esta caminata se centra en obras icónicas que son testimonio de la evolución estética y técnica de la ciudad. Los participantes tienen la oportunidad de admirar los edificios que se han convertido en referentes, explorando cómo el diseño dialoga con el entorno subtropical de la región. El recorrido no es solo una exhibición de fachadas, sino una inmersión en las ideas y los procesos que dieron forma a estos espacios, entendiendo su impacto en la vida cotidiana y su contribución a la imagen de una Santa Cruz contemporánea y pujante.
Organizada por el Laboratorio Urbano Santa Cruz en su edición 2024, la caminata por los "Atractores Comerciales" exploró la vibrante y, a veces, caótica energía de los nodos económicos de la ciudad. Este itinerario se adentró en los mercados, galerías y ejes comerciales que funcionan como el corazón palpitante de Santa Cruz. Lejos de ser un simple recorrido, fue un análisis vivo de los flujos de personas, los intercambios culturales y la arquitectura espontánea que surge de la actividad comercial. Los asistentes pudieron descifrar la lógica informal del comercio, entendiendo cómo estos espacios no solo satisfacen necesidades materiales, sino que tejen el entramado social y cultural de barrios enteros.
Sin duda, una de las experiencias más esperadas y memorables fue "Aceras Movedizas", concebida y dirigida por Marcelo Llaco de La Rota Carlota. Este recorrido fue una inmersión sensorial total en la vida nocturna del Centro Histórico de Santa Cruz. Bajo la tenue luz de los faroles y el bullicio amortiguado de la noche, los participantes exploraron bares centenarios, callejones con historia y plazas que adquieren una nueva personalidad después del anochecer.
La caminata trascendió lo arquitectónico para abrazar lo sonoro, lo social y lo intangible; fue un viaje para comprender cómo la noche cruceña ha moldeado tradiciones, ritos de socialización y una identidad cultural tan rica como diversa. Fue un recordatorio de que la ciudad no duerme, sino que se transforma.
Para esta nueva edición de la BASC 2026, la responsabilidad de dar vida a estas experiencias recae en "Rutas & Rastros". Su enfoque promete consolidar y expandir el legado de las caminatas, imponiendo en el imaginario colectivo una idea poderosa: Santa Cruz es vida nocturna, es cultura plena, es una arquitectura bellísima y diversa. Su programa no se limitará a los circuitos tradicionales, sino que aspira a incorporar miradas foráneas, invitando a actores no oriundos —arquitectos, urbanistas, artistas— a identificar y compartir su perspectiva única sobre la ciudad desde lo que hacen y construyen la ciudad.
Las Caminatas Urbanas tienen ante sí una tarea monumental en la BASC 2026: enaltecer la esencia misma de una Santa Cruz diversa, hermosa y culta. Más allá de los simples paseos, estas rutas emergen como un acto de reivindicación y celebración. Son una herramienta pedagógica y un manifiesto urbano que busca fortalecer el orgullo cívico, demostrando que cada rincón de la ciudad, desde el hito arquitectónico más celebrado hasta el espacio informal más dinámico, constituye una parte invaluable de nuestro patrimonio común y diario que pocas veces se aprecia. Al caminar, se activa un proceso colectivo de reconocimiento, respeto y amor por la ciudad que habitamos y sus propios habitantes, asegurando que su historia siga siendo escrita con cada paso que damos.